¡Pobre blog, qué abandonadico lo tengo! Es que ya no me da tiempo a muchas cosas de las que antes disfrutaba, pero qué se le va a hacer, es lo que tiene no vivir en Moncloa, ser la primera dama y sentirse como en una sartén hirviendo o en una jaula dorada (Sonsoles Espinosa dixit...). Una humilde currita como yo debe atacar muchos frentes abiertos a todas horas, eso sí, sin jaula y sin sartén.
Os voy a comentar ahora una de piratas. Los políticos, en general, siguen una máxima como los cristianos los mandamientos (bueno, no, mucho mejor). La máxima es "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago". Un hacker de los buenos, Ángel Badía, vive en Houston desde 1999 cuando intentaron empapelarlo por su página de descargas "El vino y el jamón". Y desde allí vendrá para juzgar a este gobierno restrictivo y con afán de prohibir todo aquello que les pasa por el magín. Planeó su venganza y voilà, aquí está: tras un mes de investigación descubrió que el gobierno en pleno se descarga todo lo que se mueve, de la A a la X (esto mucho más, claro). Su objetivo era la Sinde, la ministra más querida por los ratones y los PCs. Ahora, una vez estallado el escándalo, los políticos se "bunkerizan" y dejan a los funcionarios con el culo al aire. Según ellos, son los trabajadores de los ministerios los que se descargan pirateando. Pero Badía, ha mordido presa y no piensa soltarla: no vale esa excusa, las descargas las hace gente con acceso ilimitado a Internet, no un simple funcionario. Señores, sean más serios y no carguen el muerto siempre a los curritos de a pie. Badía promete seguir investigando y yo, si me entero de algo, de irlo contando. Hasta otro día. Ciao.